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Los Estados Unidos y la India ponen en órbita el satélite de observación terrestre NISAR
Hace apenas un par de horas un cohete GSLV-F16 despegaba del Centro Espacial Satish Dhawan en la India para poner el órbita el satélite de observación terrestre NISAR, un proyecto conjunto de los Estados Unidos a través de la NASA y de la India a través de la Agencia India de Investigación Espacial (ISRO).
NISAR, de NASA-ISRO Synthetic Aperture Radar, Radar de Apertura Sintética NASA-ISRO, lleva a bordo dos radares de apertura sintética, uno de banda L y otro de banda S. Los dos operan a través de nubes, humo, o lo que les eches, y permiten medir con precisión de milímetros la distancia entre el terreno que sobrevuela y el satélite. Da igual que sea sobre tierra, mar, o hielo.
Desde su órbita sincrónica al Sol de 747 kilómetros NISAR revisita cada metro cuadrado de nuestro planeta cada doce días. Comparando las mediciones obtenidas entre sucesivos sobrevuelos mediante una técnica conocida como interferometría se pueden medir los desplazamientos y cambios que se vayan produciendo.
Esto incluye movimientos causados por terremotos como por ejemplo el de esta pasada madrugada en Kamchatka o aquellos causados por la actividad humana como puede ser el del terreno alrededor de una presa. Así que la idea es que sirva tanto para ayudar en la respuesta frente a fenómenos naturales como en la planificación y prevención en cuanto a usos del terreno.
Es una misión muy similar a la de los satélites Sentinel 1 del programa Copérnico de la Agencia Espacial Europea (ESA), que también portan un radar de apertura sintética, aunque en este caso de banda C.
NISAR también es capaz de medir la humedad del suelo, lo que será de ayuda con la gestión del agua en agricultura, la prevención de incendios forestales, y la vigilancia de enfermedades transmitidas por vectores como mosquitos o la prevención de desastres naturales que tienen relación directa con el nivel de humedad de suelo.
El satélite está ahora mismo ya en comunicación con el control de la misión. Pero vienen unos días de mucha actividad que, con suerte, terminarán con el despliegue de su antena de doce metros en el día doce de la misión:
Fase inicial de la misión – JPL/NASA
A partir de ahí vendrá la fase de calibración y puesta en marcha para una misión que tiene una duración prevista de tres años.
Con un coste de 1.500 millones de dólares es el satélite de observación terrestre más caro jamás lanzado, algo que se aparta mucho de la frugalidad de la India con los lanzamientos espaciales, que ha sido capaz, por ejemplo de enviar una misión a Marte por 73 millones de dólares.
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Falla el lanzamiento del primer cohete Eris de la empresa australiana Gilmour Space
Después de numerosos retrasos hace unos minutos por fin la empresa australiana Gilmour Space ha llevado a cabo el primer intento de lanzamiento de su cohete Eris. Pero como se puede ver en el vídeo apenas se ha elevado unos metros sobre la plataforma de lanzamiento antes de que fallara uno de sus cuatro motores Sirius. Y a los pocos segundos han fallado al menos otros dos, con lo que el cohete ha terminado por caer a pocos metros de la plataforma.
Eris es un cohete de tres etapas con una capacidad máxima de colocar 300 kg en órbita baja terrestre. Desde el Espaciopuerto Orbital de Bowen permite alcanzar órbitas órbitas con inclinaciones de entre 20° y 65°.
Es muy difícil que un cohete consiga entrar en órbita en su primer lanzamiento, y de hecho la «carga útil» de esta misión así lo atestiguaba: era un bote de Vegemite, esa extraña crema para untar que tan popular es en Australia.
Así que ahora toca investigar la causa del fallo con los datos que hayan obtenido en los aproximadamente 14 segudos de vuelo y 23 de ignición de motores. Aunque la empresa habla ya de otro intento de lanzamiento antes de que termine el año.
Este ha sido el primer intento de lanzamiento orbital desde Australia en más de 50 años. El anterior tuvo lugar el 28 de octubre de 1971 cuando un cohete Black Arrow, también conocido como el lápiz de labios volante, puso en órbita el satélite Prospero X-3. Aunque tanto el cohete como el satélite eran proyectos del gobierno británico, no de una empresa privada. Era el cuarto lanzamiento del Black Arrow. Los dos primeros habían sido lanzamientos de prueba suborbitales y el tercero, ya con una carga útil, falló porque la segunda etapa no se encendió.
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Development » Deprecations #2230 (stable)
Cómo esconder mensajes de 45 caracteres en una baraja de naipes mezclada adecuadamente
Quién esté interesado en los códigos y la criptografía o el intrigante mundillo de las combinaciones y permutaciones encontrará interesante esta anotación del blog de Asher Falcon titulado Hiding messages in playing cards, donde explica sus disquisiciones acerca de cómo se podría usar la ordenación de los naipes de una baraja para esconder un mensaje.
Simplificando el tema, y descartando opciones poco óptimas como usar solo los colores, palos o números, lo importante es considerar que el número de permutaciones de las 52 cartas de la baraja es 52! (esto es, factorial de 52, osea: 52 × 51 × 50 × … 2 × 1). Esto son unos 8×1067 permutaciones distintas, que en binario serían unos ⌊log₂ (8×1067)⌋ = 225 bits. Usando códigos de 5 bits (esto es 32 combinaciones) da para un alfabeto de 26 caracteres; suficiente para esconder mensajes. Y a las letras también se le podrían añadir otros 6 códigos especiales como espacio, punto, coma, barra, interrogación o «final de mensaje».
Del dicho al hecho (en Python)Asher ha llevado esto a un código de programación en Python que básicamente convierte el mensaje de texto en un número grande (llamado factorádico) que se puede descodificar nuevamente en los caracteres originales. Para que no todo sea tan obvio se puede añadir una clave, que cifra con un XOR (OR exclusivo) el texto en claro, así que sirve como «segunda capa» si acaso se necesita más seguridad.
El factorádico está muy relacionado con el código Lehmer que sirve para precisamente esto: numerar cada posible permutación de una secuencia.
Todo esto recuerda bastante a lo que el mismísimo Bruce Schneier hizo con Solitaire hace décadas, a petición del novelista William Gibson para su famosa novela ciberpunk Neuromante. En la versión de Asher el código y las condiciones son un poco diferentes (un baraja sin comodines en vez de una con comodines), pero ahí quedan ambas ideas y métodos. Hay quien dice que hay gente que usa varias barajas para guardar sus claves/palabras de carteras de bitcoin… aunque suena un poco arriesgado porque como alguien abra la caja y las desordene, ¡adiós claves!