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La NSA no puede recuperar una charla «perdida» de Grace Murray Hopper por la falta de un reproductor de vídeo
Hace ya un tiempo Michael Ravnitzky descubrió que en los archivos de la Escuela Nacional de Criptografía hay dos cintas de vídeo que contienen una charla de la almirante Grace Murray Hopper titulada Future Possibilities: Data, Hardware, Software, and People, Posibilidades futuras: Datos, hardware, software y personas impartida el 18 de agosto de 1982. Pero tras pedir en varias ocasiones una copia al final la NSA, la Agencia de Seguridad Nacional, le ha dicho que no puede dársela porque la charla está en un par de cintas en un formato para el que no tiene ningún reproductor.
Esto es doblemente WTF.
Por un lado porque Grace Murray Hopper es una de las personas más importantes de la historia de la informática, mucho más allá de la anécdota del bicho –bug– que pegó en el cuaderno de registro de actividad del Harvard Mark II. Ella estuvo involucrada, por ejemplo, en la creación del lenguaje de programación COBOL. Y fue la primera persona a la que se le ocurrió la idea de un compilador, un programa de ordenador capaz de traducir un lenguaje de programación de alto nivel en un programa ejecutable en distintos ordenadores. Entre otras muchas cosas. Por eso recuperar esa charla «perdida« acerca de como veía el futuro sería algo extraordinariamente interesante.
Pero por otro, y no sé lo que es peor, es que la NSA, la Agencia de Seguridad Nacional, es la responsable del monitoreo, recopilación y procesamiento global de información y datos para fines de inteligencia y contrainteligencia nacionales y extranjeros. Así que se le supone una cierta capacidad en cuanto a la tecnología.
Sólo que se ha visto superada por dos cintas en formato Ampex de una pulgada, un formato extremadamente popular en la época. Y que sí, ya no es un formato en uso. Pero se hace difícil creer que en todo Estados Unidos –o países amigos– y más con los contactos que se le suponen a la NSA no puedan localizar un reproductor compatible.
O más bien es que tampoco se ha esforzado mucho. Así que cabe esperar que si se monta el suficiente barullo con esto se molesten en buscar un reproductor que permita recuperar esa charla y digitalizarla.
Aunque digitalizarla tampoco es garantía de nada: como he escrito en múltiples ocasiones somos una civilización que está produciendo más información que ninguna antes –memes de gatos incluidos– pero quizás la que deje un hueco más grande para quien quiera estudiarnos en el futuro por nuestra querencia a utilizar formatos y soportes que terminan por quedar obsoletos.
Portes obertes al local de l’Associació Cultural Ferroviària de Tarragona
Els dies 13 i 14 de setembre de 2024, dins del marc de les festes de Santa Tecla de Tarragona, es realitzarà una Jornada de Portes Obertes al local social de l’Associació Cultural Ferroviària de Tarragona i Província (carrer del Mar, 45).
A la Jornada es presentarà un maqueta ferroviària de 24 metres quadrats que reprodueix les estacions de Tarragona i Altafulla i que estarà instal·lada de forma permanent al local de l’entitat.
També hi haurà una composició de tren tripulat, locomotora i tres vagons, que s’espera pugui circular ben aviat per algun indret de la ciutat. Al local s’exposen un gran nombre d’imatges de les instal·lacions ferroviàries de la demarcació de Tarragona així com una col·lecció d’estris ferroviaris.
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No, Perseverance no ha encontrado vida en Marte; como mucho posibles señales de su existencia en el pasado remoto
Las manchas de leopardo y vetas de olivino en Chevaya Falls – NASA/JPL-Caltech/MSSS
Hace unos días el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA publicaba una nota en la que informaba de que Perseverance ha encontrado una roca que muestra algunos indicios de que podría haber albergado vida microbiana hace miles de millones de años. Aquí las palabras clave son indicios y podría. Porque no, Perseverance no ha encontrado vida en Marte; como mucho posibles señales de su existencia en el pasado remoto. Hayas leído lo que hayas leído por ahí.
La roca en cuestión ha sido bautizada como Cheyava Falls y tiene unas medidas de un metro por 60 centímetros de ancho. Su «salto a la fama» vino cuando el equipo de la misión vio en ella unas marcas similares a la manchas de un leopardo en una imagen tomada por la cámara microscópica WATSON. Las han descrito así porque muestran una zona blanquecina rodeada de un borde negro. Un análisis de esas manchas con e instrumento PIXL (Planetary Instrument for X-ray Lithochemistry) del rover reveló que esos halos negros contienen tanto hierro como fosfato.
Según David Flannery, astrobiólogo y miembro del equipo científico de Perseverance, «estas manchas son una gran sorpresa […] En la Tierra, este tipo de características en las rocas suelen asociarse al registro fosilizado de microbios que viven en el subsuelo.»
Y es que este tipo de manchas en rocas sedimentarias terrestres pueden producirse cuando las reacciones químicas en las que interviene la hematita, también presente en Chevaya Falls, hacen que el mineral pase del rojo al blanco. Esas reacciones también pueden liberar hierro y fosfato que se convierten en los halos negros. Como dice Flannery las reacciones de este tipo pueden ser una fuente de energía para los microbios, lo que explica la asociación entre tales características y los microbios en un entorno terrestre.
De nuevo aquí la palabra clave es «pueden». Porque hay otros procesos que pueden generar esos minerales y ese tipo de manchas que no tienen nada que ver con la biología. Por mucho que hablemos de materiales orgánicos. Pero es que cabe recordar que a pesar de su nombre las moléculas orgánicas también pueden fabricarse mediante reacciones químicas en las que no interviene la vida. Por ejemplo el olivino y el sulfato presentes en la roca podrían haberse introducido en ella a temperaturas altas e incompatibles con la vida, creando una reacción química abiótica que diera lugar a las manchas de leopardo.
De hecho, como la NASA se ha encargado de recordar, la detección por parte de Perseverance no pasa del primero de los siete puntos en la escala CoLD (Confidence of Life Detection, Confianza en la detección de vida):
Escala COLD – NASA/Aaron Gronstal
Sus pasos son:
- Detección de una señal que se sabe que puede proceder de una actividad biológica
- Descartar cualquier posible contaminación
- Confirmar que hay un proceso biológico que puede producir esa señal
- Descartar todas las fuentes no biológicas conocidas de la señal en ese entorno
- Detección independiente de la señal
- Descartar de otras hipótesis
- Confirmación independiente
Y eso es muy de agradecer tras casos como por ejemplo el de la bacteria GFAJ-1 que al final no se alimentaba de arsénico o el del fosfano en Venus que muchos medios interpretaron como una señal de vida en Venus cuando ni el equipo que lo detectó había dicho tal cosa.
Además, y no es por quitarle méritos a Percy, pero Curiosity también ha descubierto ya hace tiempo metano y sustancias orgánicas en el cráter Gale. Sin que ello fuera tampoco prueba de la existencia de vida en Marte en el pasado ni mucho menos ahora.
En este caso para poder avanzar en la escala CoLD sería necesario analizar muestras de Chevaya Falls en la Tierra con instrumentos más avanzados que los que monta Perseverance. Pero por ahora eso es poco menos que imposible dado que la misión de retorno de muestras de Marte por parte de la NASA y la ESA está, a todos los efectos, cancelada mientras se la piensan de nuevo.
Claro que esas manchas de leopardo son un motivo más para resucitarla. Por si acaso Perseverance ha tomado una muestra de ella y la ha guardado en su depósito.